Reivindicando las lentas

“Lo primero que recuerdo es estar tumbado en la cama, no debía tener más de uno o dos años. Y recuerdo que había una radio en la habitación de al lado, y mi madre reía como hacen algunas mujeres. Era a última hora de la tarde, y la música se abría paso.” Lo dice Paul Simon en su maravillosa canción Late in the Evening. Pero podría haberlo dicho yo perfectamente. Y cualquiera en cuya vida la música se haya convertido en algo consustancial e irremplazable.

En mis cerca de cincuenta años de vida, la música ha acompañado mis estados de ánimo, mis experiencias, mi aprendizaje. Por cada situación podría mencionar una canción que oía en esos momentos, o una canción que podría reflejarla. Soy incapaz de trabajar sin estar escuchando música, o de pasear, o de viajar. Gran parte de mis descansos se dedican a disfrutar de ella, e incluso a cantarla (mal, por supuesto).

Y será que con el paso del tiempo uno se vuelve blando y burguesote, pero noto que cada vez disfruto más con las canciones de ritmo reposado, las que invitan a una escucha plácida y relajada. Las “lentas” de toda la vida, vaya. Y noto que últimamente este tipo de canciones es despreciado. O por lo menos, no tan apreciado como antes. Hace tiempo que han desaparecido de las discotecas o clubs de baile, no abundan en las radio-fórmulas, y han sido desplazadas a los guetos de las emisoras temáticas.

Así que me lío la manta a la cabeza y me planteo aprovecharme de las maravillas de Internet y dedicarles una bitácora. Para compartir esas canciones con los navegantes que se pierdan por la red y acaben en este puerto en calma. Usando youtube para escucharlas y “verlas”, y cuanta información caiga en mis manos para recopilar datos sobre ellas. Para reivindicarlas, en suma.

Aquí verán canciones de todo tipo y pelaje. Tiernas, alegres, desenfadadas, amargas, desesperanzadas, angelicales, resacosas, ñoñas, eternas e intranscendentes. Pero todas tendrán en común que, en su mayor parte, llamarán a una escucha tranquila.

Espero que ustedes las disfruten tanto como yo. Y si les apetece sugerir alguna que a uno no se le haya ocurrido, son bienvenidos. Si me gusta, se acabará incorporando.

Un saludo cordial.